Típica de la época barroca, la sonata a trío se escribía para tres voces melódicas solistas y un bajo continuo, y fue uno de los géneros instrumentales más populares de finales del XVII y el XVIII. El gusto por el formato a tres llega hasta nuestros días, y aunque el piano, el violín y el chelo suelen ser los elegidos, en esta playlist encontrarás otras combinaciones igual de sugerentes.