La sutileza y la claridad melódica son las dos señas de identidad de Gidon Kremer, cuyo violín abarca un repertorio que va del Barroco a nuestro tiempo. Nacido en Riga en 1947, estudió con David Oistrakh en el Conservatorio de Moscú y aprovechó sus primeros conciertos al otro lado de Telón de Acero para dar a conocer la música de compositores soviéticos (especialmente Schnittke y Sofia Gubaidulina, quienes escribieron para él). En 1980 se instaló en Alemania y al año siguiente fundó en Austria el Festival de Música de Cámara en Lockenhaus, que dirigió durante 30 años. También trabajó como director, primero con la Orquesta de Cámara de Lituania y después con Kremerata Baltica, la agrupación que formó en 1997 con jóvenes intérpretes de los países bálticos. La abundante discografía de Kremer refleja intereses diversos, aunque el repertorio estándar está muy presente, a menudo incluyendo giros inesperados. Por ejemplo, su grabación del Concierto para violín de Beethoven incluye cadencias posmodernas de Schnittke y su álbum de 2000 Astor Piazzolla: Four Seasons of Buenos Aires - Vivaldi: Four Seasons intercala pasajes de los conciertos del italiano entre los compases de tango del argentino. En los últimos tiempos, se ha centrado en rescatar la obra de los compositores menos conocidos de Europa del Este, entre ellos Weinberg, cuyo reciente protagonismo se debe en buena parte a sus esfuerzos.