El letón Andris Nelsons, alumno de Mariss Jansons y una de las grandes batutas del siglo XXI, es director musical de dos instituciones tan aclamadas como la Orquesta Sinfónica de Boston y la Gewandhaus de Leipzig, además de mantener estrechos vínculos con las Filarmónicas de Viena y Berlín. El repertorio de Nelsons abarca óperas y música sinfónica y llega hasta la música contemporánea de compositores como Hans Abrahamsen. Los clásicos europeos brillan especialmente en sus versiones, plenas de riqueza cromática y una profundidad casi tridimensional de la que quizás no haya mejor ejemplo que las sinfonías de Shostakovich que grabó con la BSO.