Beyoncé es un icono indiscutible. No solo del R&B, sino del pop en general. Su figura se sitúa al lado de leyendas como Tina Turner y Diana Ross, con una personalidad arrolladora, una imagen potente y unas grabaciones para la historia. Su viaje con Destiny's Child le sirvió para curtirse en el oficio y, ya como solista, despuntó y llegó al estrellato mundial en un abrir y cerrar de ojos. Sus canciones son auténticos himnos. Es la diva universal por méritos propios.