Nacida en Puerto España (Trinidad y Tobago) en 1982 y educada en Nueva York, Nicki Minaj abandonó sus planes de convertirse en actriz al poco de cumplir los 20 años y se lanzó a una carrera como rapera. Desde sus primeras canciones, su visión artística ha sido tan excesiva como impredecible, a menudo habitada por alter egos, como su “hermano malvado” Roman Zolanski, que sirven de válvula de escape para una personalidad de facetas inagotables. Bajo la superficie cromada de “Starships” y otras invitaciones a la pista de baile y los placeres de la noche, se ocultan declaraciones de amor del calibre de “Super Bass”. The Pinkprint, su tercer álbum, profundiza en un hip-hop que huye de las calles sórdidas para explorar espacios más luminosos entre rompepistas y crónicas sentimentales. Más allá de las grabaciones a su nombre, una de las razones que explican su éxito en la esfera pop son sus muchas colaboraciones en el género, de David Guetta a Justin Bieber. En 2018, Queen marcó un punto de inflexión con sus canciones más sofisticadas hasta entonces. Pink Friday 2, lanzado tras años de rumores a finales de 2023, la captura en la cima de una trayectoria creativa que nunca ha dejado a nadie indiferente.