Tras una primera escucha, es fácil pensar en El arte de la fuga como una árida colección de fugas densamente construidas con el único propósito de demostrar el indiscutible dominio del contrapunto de Johann Sebastian Bach, que había completado la mayor parte de la obra en 1742. El contrapunto era una herramienta esencial para cualquier compositor de música litúrgica como Bach. “La Iglesia veía en la música polifónica una forma de apreciar la lógica del universo y probar la existencia de Dios”, dice el pianista Daniil Trifonov a Apple Music. Pero El arte de la fuga es mucho más que un alarde musical. En sus notas hay destellos de la calidez, la belleza y la humanidad que distinguen toda la obra de Bach. En un inusual momento de orgullo, escribe su nombre en la fuga final, con contratema basado en las iniciales B - A - C - H (si bemol-la-do-si en notación alemana). En su afán de explorar el lado humano de Bach, en BACH: The Art of Life Trifonov utiliza música de los hijos del compositor y el Pequeño libro de Anna Magdalena Bach como preludio a El arte de la fuga. Las piezas del cuaderno que dedicó a su segunda esposa eran las que utilizaba Bach para enseñar música a sus hijos y, sumadas a la Chaconne para violín solo (una de sus obras más personales, aquí en el arreglo para piano de Brahms), ofrecen un retrato del genio como hombre de familia, marido y devoto feligrés. “Su música refleja una vida extraordinaria”, dice Trifonov. “De la Chaconne, por ejemplo, se piensa que fue escrita como un lamento tras la muerte de su primera esposa, Maria Barbara. Es una de sus obras más emotivas, la tragedia es casi palpable”. Aquí, el pianista nos guía por la música del álbum. Sonata n.º 5 en la mayor, Op. 17, n.º 5 “Esta pieza podría haber influido bastante en Mozart. J.C. Bach ya era un músico consolidado, mientras que Mozart aún estaba muy al principio de su carrera. Aunque solo tiene dos movimientos, que estructuralmente son muy diferentes a los de Mozart, la música de J.C. Bach tiene un estilo comunicativo fantástico y es verdaderamente luminosa”. 12 polonesas, F. 12: n.º 8 en mi menor “Me encantan todas las polonesas de W.F. Bach, pero la polonesa de aquella época era muy diferente a la de Chopin. En tiempos de W.F. Bach, no se consideraba música de baile, sino que eran piezas para tocar y escuchar, mucho más líricas, aunque esta es bastante melancólica. Quizás tuviera influencia en Chopin, es posible que conociera la pieza”. 2 Clavier-Sonaten, 2 Fantasien und 2 Rondos für Kenner und Liebhaber, Wq. 59: IV. Rondo en do menor, H. 283 “C.P.E. fue el más innovador de todos los Bach. Intentó llevar el lenguaje musical tan lejos que nunca se había escuchado nada parecido. Era muy experimental. En ciertos aspectos, esta música parece escrita por un Stravinsky del siglo XVIII. C.P.E. Bach utiliza un proceso de composición muy creativo partiendo de breves elementos musicales cortos con los que no deja de jugar”. Variaciones sobre “Ah, vous dirai-je, Maman” “J.C.F. Bach es menos conocido que su hermano porque no escribió tanto para teclado. Esta es una de las obras que compuso hacia el final de su vida, en 1792, cuando ya habían pasado 42 años desde la muerte de su padre. Era una época completamente diferente, Beethoven ya estaba escribiendo el primero de sus conciertos para piano. Estas variaciones parten de una melodía popular que también utilizaron otros compositores, entre ellos Mozart. Son muy diversas y se escuchan las influencias sicilianas y alemanas. Además, son bastante innovadoras”. Pequeño libro de Anna Magdalena Bach, 1725 “Esta colección nos permite asomarnos a la vida doméstica de una familia. El Pequeño libro se utilizaba para enseñar y tiene piezas de diferentes periodos de la vida de Bach, además de algunas de Carl Philipp Emanuel. Algunas ni siquiera tienen título y muchas son anónimas. Podría haber incluido más música del Pequeño libro de los hijos de Bach, pero quería que las piezas del álbum tuvieran una relación tonal entre sí, y también que hubiera cosas de Petzold y Stölzel. “Bist du bei mir” de Stölzel es un aria de ópera, y me parece bastante revelador que Bach la incluyera en esta colección con sus temas de amor”. 5 estudios, Anh.1a/1: V. Chaconne (sobre la Partita para violín n.º 2 en re menor, BWV 1004 de J.S. Bach, Arr. para Piano) “Esta es una de mis transcripciones favoritas de Bach. Hay transcripciones maravillosas de la Chaconne de diferentes compositores, desde Liszt y Feinberg hasta Busoni. Pero esta en particular, la de Brahms, es muy cercana al original en muchos aspectos, simplemente transfiere el material de un instrumento al otro. Al parecer, Bach escribió esta pieza para violín solista cuando murió su esposa. Creo que se nota en la música, que muestra a un Bach abatido. Cuando interpreto El arte de la fuga en concierto, me gusta tocarla antes para establecer la atmósfera, igual que he hecho aquí”. El arte de la fuga, BWV 1080 “El arte de la fuga es algo increíble y un testimonio del genio de Bach que, sin salir de unos parámetros y reglas de polifonía muy estrictos, fue capaz de crear música tan compleja y a la vez tan bella. A veces, para aumentar la complejidad, Bach rompe las reglas de la armonía, pero por la forma en que dispone las fugas en este orden, da la sensación de estar contando una historia. Por supuesto, hay un aspecto científico en la música, aunque también hay mucho dramatismo y una atmósfera muy contemplativa. Hay distintas opiniones sobre para qué instrumento la compuso, pero creo que Bach pensaba en más de uno. Su hijo C.P.E. escribió en una ocasión que los compositores debían escribir piezas para teclado que sonaran bien en más de un instrumento, ya fuera un clavicordio, un piano o un clavecín”. Herz und Mund und Tat und Leben, Cantata BWV 147: Jesu, Joy of Man’s Desiring (Transcripción para piano de Hess) “El arreglo de Myra Hess de este movimiento de cantata es precioso. En la partitura original de El arte de la fuga, hay una coral al final, pero esta transcripción me gusta muchísimo y quería que estuviera aquí. Creo que es una de las mejores obras de Bach”.