HOMECOMING: THE LIVE ALBUM

HOMECOMING: THE LIVE ALBUM

El 14 de abril de 2018, Beyoncé Knowles-Carter dejó grabado su nombre en los libros de historia con una inolvidable actuación en Coachella que abarcó toda su carrera, desde sus inicios con Destiny’s Child hasta la actualidad. Fue el primero de dos conciertos consecutivos como cabeza de cartel del festival y quiso dejar claro que era la primera mujer negra en conseguirlo. No obstante, cabe destacar que la organización quiso que fuese la artista principal el año anterior, en 2017, para presentar su íntimo álbum Lemonade. Pero Bey se quedó embarazada y pospusieron los planes hasta después del nacimiento de Sir y Rumi. Diez meses después, Beyoncé se subió a uno de los escenarios más grandes del mundo para dejar perplejos a millones de seguidores, muchos de los cuales siguieron la histórica actuación por internet. El concierto fue uno de los más memorables jamás vistos. El espectáculo, que quedó inmortalizado en HOMECOMING: THE LIVE ALBUM, resaltó el momento histórico combinando música negra de diversas regiones y generaciones. La artista invitó, además, a un tipo de banda históricamente ligada a las universidades específicamente creadas para afroamericanos. Entre sus músicos, el público pudo ver a miembros de DrumLine Live interpretando el tema “The Bzzzz”. El nombre de la actuación, Homecoming, fue igualmente un guiño a la tradición universitaria de Estados Unidos, que bautiza de esa manera uno de los partidos más importantes de sus equipos deportivos. Beyoncé se dejó la piel. Presentó casi 40 canciones con estilos tan diversos como el reggaetón (“Mi Gente”), el bounce (“Formation”), el sonido go-go nacido en Washington D. C. (“Love On Top”), los instrumentos de viento tan ligados a Nueva Orleans (“Single Ladies (Put a Ring on It)”), música de su Houston natal (“I Been On”), dancehall reggae (“Baby Boy”) y el hip-hop sureño con el que creció (“Crazy In Love” y “Diva”). Entre los invitados, contó con Jay Z, su marido, con quien cantó “Deja Vu”, y con sus antiguas compañeras de Destiny’s Child, que la acompañaron en “Say My Name” y “Soldier”. Y por si fuera poco, el final del álbum incluye una versión de “Before I Let Go”, intercalada con “Candy” de Cameo. Se puede escuchar la voz de Malcolm X en “Don't Hurt Yourself” y una versión a capela de “Lift Every Voice and Sing”, considerada como el himno nacional negro, que más allá del valor de la producción y la maestría musical, permanece como un merecido tributo a su experiencia como mujer afroamericana decidida a enriquecer el legado musical que la inspira. En palabras de su propia madre, Tina Knowles, este era su plan desde un principio. La semana de la primera presentación en Coachella, la matriarca de la familia reveló en Instagram lo que Bey le había confesado: “He trabajado muy duro para que mi voz sea escuchada. Y en este momento de mi vida y de mi carrera tengo la responsabilidad de hacer lo que sea mejor para el mundo, aunque no sea lo más comercial”. Este álbum deja claro que esas dos opciones no se excluyen mutuamente.

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