Con su conmovedora visión de la guerra expresada en el "Treno a las víctimas de Hiroshima", su obra más conocida y escrita bajo la influencia de la música atonal de Webern, Penderecki saltó a la fama. Su sensibilidad se expresó también en la "Pasión según San Lucas", que muestra una gran capacidad para componer música religiosa con cánones modernos. Su creatividad lo impulsó a hacer cambios de estilo, abandonando la densidad atonal de su comienzo, para utilizar armonías tonales, como en su ”Concierto para violonchelo n.º 2". En sus últimas décadas compuso piezas inspiradas en acontecimientos políticos contemporáneos.