

Kristian Bezuidenhout destacó a la edad de 21 años con un par de premios conseguidos en la Competición de Fortepiano de Brujas. Desde entonces, se ha establecido como absoluto defensor de los instrumentos antiguos y de la forma tradicional tocar. Su serie de grabaciones de las Sonatas para piano de Mozart destaca por sus toques imaginativos y ha colaborado con la mayoría de los profesionales de música antigua. También ha trabajado en el estudio con otra artista amante de la investigación, la violinista Viktoria Mullova.