Tomaso Albinoni

Poseído por la deslumbrante y en ocasiones melancólica energía de la música del Barroco veneciano, Albinoni se describía a sí mismo como un “Dilettante Veneto”. Nació en Venecia en 1671 y gracias a que creció en el seno de una familia próspera, pudo desarrollar habilidades como violinista, cantante y compositor. No obstante, fue más allá de su bonanza económica y se labró una carrera prolífica. Con sus más de 50 óperas (él insistía que había escrito más de 80) sació la sed de este género en Venecia y en otras partes del mundo. En 1722, fue invitado por el Elector de Baviera para presentar dos de ellas en Múnich. Su acercamiento al oboe dio lugar a Concerti a cinque, op. 7 y Concerti a cinque, op. 9 (1715/1722), que popularizaron dicho instrumento en Italia. En este país, su reputación se posicionó a la altura de nombres como Corelli y Vivaldi, considerado entonces como el rey concertista de Venecia. Incluso J. S. Bach le hizo el honor de utilizar su material con fines de composición y enseñanza. Irónicamente, en la actualidad se conoce a Albinoni por una obra que no compuso: el renombrado “Adagio en sol menor para cuerdas y órgano” (1958). Esta en realidad es una reinterpretación romantizada a cargo del musicólogo y compositor Remo Giazotto.