Nacido en San Petersburgo en 1833, Borodín perteneció a un grupo de compositores rusos del siglo XIX conocido como “Los Cinco”, que buscaba crear una voz rusa auténtica en la música clásica. Sus integrantes se inspiraron en el folclore de su país, el cual estudiaron e incorporaron en muchas de sus obras más importantes. Borodín ha demostrado ser uno de los talentos más populares de Rusia, a pesar de su escasa producción. Su participación como activista social (apoyando firmemente el movimiento feminista) y su carrera como químico investigador le ocuparon mucho tiempo, pero logró escribir dos sinfonías, dos hermosos cuartetos de cuerda y la mejor parte de una ópera, El príncipe Ígor. Esta última fue terminada por sus colegas Rimski-Kórsakov y Glazunov después de su prematura muerte en 1887. Su obra ha influido en un amplio espectro del mundo musical, de impresionistas franceses a Broadway, donde se adaptaron dos de sus mejores melodías para el musical Kismet.