En 1997, Baduizm cambió el panorama del R&B. Apoyada por un colectivo en ascenso de compositores de hip-hop y soul con conciencia social, conocido como los Soulquarians, que incluía a Common, The Roots y D'Angelo, Badu propuso una escritura que encarnaba el espíritu del llamado neo-soul. Esta texana, de entonces 25 años, destacó por su sentido innato del ritmo y algunos destellos de jazz que la asimilaban a Billie Holiday. Al igual que su estilo, de vestidos sueltos y un pañuelo en su cabeza, la espiritualidad que Badu exploraba en su música tenía los pies sobre la Tierra. Incluso cuando abordaba las preocupaciones cotidianas de las mujeres, como la pobreza de las trabajadoras, las presiones sociopolíticas o los golpes bajos de amantes indignos, su música era de otro mundo. Impulsado por el ritmo tranquilo de su banda, que incluyó a la leyenda del bajo Ron Carter y a The Roots, un grupo de Filadelfia poco conocido, Erykah impulsó un cambio cultural hacia el afrocentrismo con Baduizm. Así creó un camino sonoro de música negra: del blues de los 30 al jazz de los 70, llegando al soul del nuevo milenio.