“El cerebro no entiende de bromas. Si tú te levantas un día y dices ‘soy lo peor, no valgo nada’, el cerebro va a creerlo”, dice Samantha Barrón a Apple Music. “Pero si tú todos los días te levantas y dices ‘como una flor de primavera, más jugosa que una pera’, vas a ir hacia un lado más positivo y valioso de ti”. Para llegar a tal conclusión, la cantante zacatecana tuvo que caminar a través del lugar más oscuro de nuestra existencia: nuestro propio interior. Abrir un diálogo consigo misma, desde una perspectiva amable que la condujera hacia la luz, le dio sentido a la creación de su segundo material en forma, Como las Aves. “Estaba teniendo muchos pensamientos intrusivos que me estaban anclando a un sitio que no me agradaba tanto y decidí comenzar a escribir afirmaciones. Si tú te pones a escuchar el disco, la mayoría de la lírica te habla de afirmaciones positivas hacia ti”, cuenta. Samantha, que ha pasado de ser un draft pick con proyección a uno de los actos más afianzados del R&B en español, ha hecho de la libertad una gema del infinito. Para ella, ese poder va más allá de sólo quitarse vendas y cadenas. Los siete tracks que conforman el EP son un futón terapéutico desde donde la integrante de Rich Vagos construye un personaje empoderador cuya musa es la liberación personal. Y esto se traslada también a su estética sonora, en la que el R&B le abre paso a un trap de alta concentración para que el Auto-Tune coquetee con los fraseos naturales de la nacida en Fresnillo, dejando ver que no hay etiqueta que la contenga de volar alto como las aves. El material, producido por Jayrick y Beatboy, se grabó casi enteramente en el bosque, mismo que cobró vida como actor del EP, apareciendo a través de cantos de pájaros y del vínculo que teje con el concepto en sí. “Conectarlo hacia un animal como las aves me vino bastante natural, me pude identificar. El mismo canto de las aves es algo incluso ya espiritual. Es algo que forma parte del cosmos, del universo, del todo. La naturaleza viene a atravesar todas esas fibras: los animales, el canto de las aves, el cielo, las nubes, las alas”, dice. La necesidad de probarse en una arena distinta vino igual de natural para Samantha. Metadona, su placa de estudio anterior, es un testamento de que su voz resultaba un recurso casi sagrado, manteniéndola pura como las grandes exponentes del soul lo han hecho por décadas. Sin embargo, trasladar esas enseñanzas a un género distinto es resultado de un proceso que la ha llevado a entenderse como algo más complejo que una artista unidimensional. “Tengo la necesidad de decir más y experimentar más, crear más y bailar en distintos personajes. El R&B nunca se va a ir, está bastante inmerso, pero quise hacer una antítesis de lo que sería Samantha Barrón en cuestión de un género que quizás la gente no está acostumbrada a escuchar”. “Samuleto”, la canción que cierra el EP, lleva a su vez el nombre del ave ficticia que la zacatecana creó como una manera de entenderse desde una perspectiva animal. El ave, que tiene la forma de una grulla grisácea con flores rojas adornando su lomo y una serie de ojos saliendo de su cuerpo, fue imaginada por Samantha y plasmada por Nayeli, su amiga, quien se encargó de dibujarla. Para ella, la vegetación es una forma de representar la vida dada y el presente en ella. Los ojos, a su vez, son astucia y fortaleza, encontrarse atenta a todo, tener la mirada siempre bien abierta. “En cuanto la vi dibujada, me vi representada en ella”, cuenta. Al final, es claro que Como las Aves es una carta cuyo remitente y destinatario pueden tener la misma dirección: el interior de Samantha Barrón. No obstante, cuando entendemos el material como una colección de afirmaciones de las cuales podemos formar parte, también nos crecen alas. “Yo estoy hablando en primera persona, pero esto es para quien se pueda identificar. Es para lograr reconocer al rival más fuerte que tienes, que es tu persona. No nadie más, solo tú”.