

De la gran camada de artistas que llevaron a los corridos tumbados a su cénit mundial, quizás ninguno guarda una relación tan notoria con los grandes íconos de la música mexicana como Peso Pluma: hay algo de Chalino en la crudeza callejera de Hassan, un poco de Luis Miguel en su carisma y cada vez más curado refinamiento estético, y se puede encontrar una reminiscencia a José Alfredo en su sensible potencia vocal. Sin embargo, a pesar del arraigo a sus influencias y mexicanismo, nadie en el género ha logrado el alcance universal de la Doble P.
Como el embajador del nuevo corrido, el tapatío ha aparecido en talk shows, ceremonias de premiación, encabezando el escenario principal de Coachella, grabando con voces de otras latitudes y más. Por si fuera poco, también ha influenciado la cultura: niños que se cortan el cabello como él, tendencias virales que imitan sus bailes, palabras del slang tumbado que ahora forman parte de las conversaciones por todo el mundo. Su impacto va más allá de un catálogo que comenzó con Efectos Secundarios y Ah y Que?, y que llegó a su primer gran momento en GÉNESIS, la primera parte de su saga personal, donde se muestra vulnerable y humano ante las vicisitudes de su rápido ascenso a la cima.
Después, presentó ÉXODO, un disco doble que aborda la faceta más experimental, pero no necesariamente desconocida, de Hassan pues ya ha creado éxitos en diversos géneros: reggaetón (“La Bebe” con Yng Lvcas, “QLONA” con KAROL G), hip-hop (“Delivery” con Alemán, “PUT EM IN THE FRIDGE” con Cardi B), música norteña (“TULUM” con Grupo Frontera, “La Intención” con Christian Nodal) y alt-pop (“Igual Que Un Ángel” con Kali Uchis, “Apaga la luz” con RØZ). Por todo lo anterior, queda claro que, sin importar cuál sea su próxima etapa musical, el futuro es emocionante para este artista que tiene puesto el ojo en el planeta entero.