Tan solo por su actividad como miembro destacado de The Band, Robbie Robertson ya merece un capítulo en la historia de la música. Pero su carrera en solitario también es un monumento al mejor country, rock y blues del siglo XX, tres de los géneros que ha cultivado este guitarrista, compositor, actor y productor. Sus bandas sonoras para Martin Scorsese o lanzamientos tan personales como Storyville (1991) o Music for The Native Americans (1994) muestran el talento, sensibilidad y madurez de un músico extraordinario.