En música clásica, todo lo que se golpea se considera percusión, ya sea afinada (xilófono, vibráfono, marimba o campanas tubulares) o no afinada (bombo, platillos, pandereta o triángulo). Con el tiempo, esta familia instrumental de la orquesta ha evolucionado hasta incluir todo tipo de recursos. Máquinas de viento, waterphones, platos de comida que se rompen, son solo algunos de los muchos sorprendentes ejemplos.