La guitarra, fruto de la larga evolución de instrumentos de cuerdas pulsadas dispuestas a lo largo de una caja de resonancia, no existió tal y como hoy la conocemos hasta finales del siglo XIX. Gracias a músicos como Andrés Segovia y, más adelante, Julian Bream y John Williams, su repertorio creció a pasos agigantados. Con el siglo XX llegó una época brillante que nos trajo obras como el Concierto de Aranjuez, de Rodrigo. Hoy, una nueva generación mantiene la guitarra en el corazón de la música clásica.