

Antes que nada, el house latino es un ejercicio de contrastes: las congas, las trompetas y otros instrumentos tradicionales se cruzan con líneas de bajo cavernosas y beats electrónicos en una fusión que define su ADN. Surgido del crisol musical latinoamericano y el underground dance de Chicago y Nueva York, el género tiene un pie en la salsa, el merengue y la cumbia, y el otro en el ritmo hipnótico del house. El resultado es un sonido fascinante, nostálgico y futurista al mismo tiempo, y tan contagioso en un chiringuito de la playa como en una rave multitudinaria.