Puccini revolucionó el verismo, o realismo italiano, en la ópera, situando a personas reales en el escenario (costureras, geishas, pintores), en situaciones con las que la audiencia se podía sentir identificada. Su don para crear gloriosas melodías le reportó muchos seguidores, y obras como La bohème, Madama Butterfly y Tosca siguen siendo interpretadas a diario en todo el mundo. Puccini fue el creador de algunas de las mejores melodías de la música clásica, y gracias a arias como Nessun dorma, de su última ópera Turandot, la inmortalidad le fue garantizada.