En las primeras apariciones de Danja en los créditos de producción su nombre siempre aparecía al lado de Timbaland. Pero poco a poco, Floyd Nathaniel empezó a volar por sí mismo y a consolidarse como uno de los arreglistas más versátiles de su generación, tan cómodo en el R&B como el pop: su eficacia se puede constatar en los discos de Justin Timberlake, Trey Songz, Nelly Furtado o Britney Spears.