Aunque Lady Saw ostenta el título de primera dama del dancehall, lo cierto es que Patra, la otra gran voz femenina de los 90, se convirtió en una temible y potente competidora. Ambas dieron voz a toda una escena de chicas del entorno jamaicano que necesitaban representación y visibilidad en las listas de ventas. Nunca una rivalidad amistosa fue tan productiva y beneficiosa.