Weinberg: Symphonies Nos. 3 & 7; Flute Concerto No. 1

Pocas directoras modernas han despertado tanto interés en los medios como Mirga Gražinytė-Tyla, que en 2019 recogió premios de todo tipo por su debut, una grabación de la Sinfonía n.º 2 y Sinfonía n.º 21 de Weinberg para Deutsche Grammophon. Su segundo álbum reúne tres obras muy diferentes en el canon del compositor. Las suaves melodías folclóricas de la Sinfonía n.º 3, no fueron suficientes para que los comisarios culturales de Stalin impidiesen su estreno de 1949. La N.º 7, escrita en 1964 para clave y cuerda, lleva al lado oscuro el habitualmente benigno concerto grosso barroco. Más allá, Marie-Christine Zupancic, primera flauta de la CBSO, da vida con irresistible frescura al fulgurante Concierto para flauta n.º 1. Gražinytė-Tyla demuestra una vez más que es una experta en el escurridizo lenguaje creativo de Weinberg. Sigue con maestría sus súbitos cambios de humor y dinámica, pero también los oasis de calma que se abren en la música.