Una de las cosas más notorias en este disco de Bad Bunny es la falta deliberada de reggaetón. Después de alcanzar la cima de su carrera con Un Verano Sin Ti, era normal anticipar canciones con la energía de “Me Porto Bonito” o “Moscow Mule”. La limitación a solo dos canciones de reggaetón, “PERRO NEGRO” y “UN PREVIEW”, ha sido una decisión consciente que la estrella puertorriqueña ha tomado en su séptimo disco. El Conejo Malo siempre ha hecho lo que le ha dado la gana en su carrera. Estamos hablando, al fin y al cabo, de un artista que escogió YHLQMDLG (Yo Hago Lo Que Me Da La Gana) como título de su segundo disco. En nadie sabe lo que va a pasar mañana, Benito toca temas como su decisión de no comprometerse o cambiar por otra persona en “NO ME QUIERO CASAR”, rindiéndole homenaje al pasado con una habilidad tan notoria que el sample de Yandel del final de la canción podría pasar desapercibido. En general, el álbum retrata a Bad Bunny sacándose cosas del pecho, y arranca con la letra clara y directa de “NADIE SABE”. Si has seguido a Bad Bunny desde los días de “Soy Peor” y “Chambea”, encontrarás un regreso fundamental a sus raíces dentro del trap en “MONACO”, “VOU 787”, y en la especialmente afilada “GRACIAS POR NADA”. Hay mucho más en nadie sabe lo que va a pasar mañana que las exploraciones dentro del universo rapero. Alejado del pop y los ritmos tropicales que caracterizaron Un Verano Sin Ti, aquí Benito se siente cómodo con estilos cercanos al house y el techno en “HIBIKI”, y juega con el Jersey club en “WHERE SHE GOES”. Incluso se adentra en el latin drill con “THUNDER Y LIGHTNING”. Todas estas canciones incluyen colaboraciones de artistas estelares, pero Bad Bunny ha preferido que la gente que escuche el álbum las experimente tema a tema, sin saber cuál será la siguiente. Tomemos prestado el título del disco: nadie sabe lo que va a pasar mañana, así que mejor vivamos (y escuchemos) el momento.