En un guiño tan sutil y enigmático como de costumbre, Enrique Bunbury ha dado a su último álbum el nombre de una actriz que puso fin a su carrera en su momento de mayor esplendor. Más allá de un título abierto a la interpretación, Greta Garbo suena más directo que Posible o Curso de levitación intensivo ya desde el arranque con “Nuestros mundos no obedecen a tus mapas”, una las canciones más guitarreras que el zaragozano ha grabado como solista. El resto transita por caminos fascinantemente diversos, de los aires new wave de “Invulnerables” al pulso soul de “Alaska” o la improbable incursión en el country rock setentero de “Autos de choque”. Quizá el momento más revelador (y emocionante) llegue con “Desaparecer”, una balada de creciente intensidad en la que reflexiona sobre la crisis que lo llevó a abandonar los escenarios en 2022.