Fandango

Gustavo Dudamel se ha propuesto cambiar la percepción de la música latinoamericana. El director venezolano vuelve a demostrar la ambición de su visión creativa y expresiva con el estreno mundial de Fandango, el concierto que Arturo Márquez escribió para Anne Akiko Meyers. La otra mitad del álbum la ocupa Estancia, un ballet de Alberto Ginastera que pocas veces se ha escuchado en su versión completa. Grabadas en directo en el Hollywood Bowl, sus versiones celebran dos voces originales, una mexicana y la otra argentina, en sintonía con el rico lenguaje folclórico y las tradiciones musicales de sus países. “Es música que está en mi ADN”, dice Dudamel a Apple Music Classical. “Parte de mi misión es llevar la música latinoamericana a donde merece estar. Me parece fundamental que se vea no como algo exótico, sino como parte de una cultura universal a la que también pertenecen Beethoven, Brahms o Stravinski”. Su nuevo álbum, cuyo lanzamiento coincide con el Mes de la Herencia Hispana, refleja el vigor creativo del continente. “Nuestra cultura es muy bella y puede ser muy expresiva. Y yo diría que esto forma parte de toda América Latina”. Estancia, el ballet en un acto que Alberto Ginastera escribió en 1941 para la compañía estadounidense Ballet Caravan, suele hoy reducirse a una suite de cuatro danzas. La obra completa está inspirada en los versos del poema épico de José Hernández Martín Fierro (1872), un himno a la Argentina rural y la audaz rebeldía de sus gauchos. En la lectura de Dudamel al frente de la Filarmónica de Los Ángeles, las grandes emociones se suceden con implacable precisión rítmica. Por su parte, Anne Akiko Meyers brilla en una imponente interpretación del Fandango de Márquez para la que ha encontrado socios ideales. Aquí, Gustavo Dudamel nos habla de su relación con las dos obras del álbum. Fandango para violín y orquesta (Arturo Márquez) “Cuando la ensayamos por primera vez, se notaba la fascinación en las caras de los músicos. La interacción entre la inspiración y la alegría se te mete dentro. También requiere precisión, claro, pero debe haber libertad en ese control, libertad de acción para el espíritu humano. Después de cada nota, sientes que estás tocando la belleza de la música folclórica de Márquez. He sido un gran admirador del maestro desde que lo conocí a los 12 años, cuando mi orquesta infantil tocó su Danzón n.º 2, y mantenemos una relación cercana”. “El primer movimiento recuerda a las piezas barrocas escritas alrededor del patrón de acordes repetidos de ‘La folia’. Con el segundo, llega un momento de melancolía, reflexión y pausa. Hay un baile venezolano muy rápido, el pajarillo, en el que los violines suelen improvisar algo antes de que empiece. Creo que de ahí viene la inspiración de Márquez en el movimiento final. Es un viaje maravilloso por la historia del violín como instrumento folclórico latinoamericano”. Estancia (Alberto Ginastera) “En los primeros compases de Estancia está el espíritu de La Pampa, la gran llanura argentina, el alma de una tierra inabarcable y magnífica, llena de alegría y dramatismo. Es un paisaje del que Ginastera tenía una comprensión profunda, A veces, la música permite a un compositor interpretar algo visual, sensorial, y que casi resulta tangible”. “Estancia refleja la idea que Ginastera tenía de su mundo. Su música te da espacio para contemplar, que es algo a lo que nuestra generación no está acostumbrada. La magia de esta obra está en la contemplación y la paciencia para entender el ritmo de la tierra”.

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