La sonata “Waldstein”, la número 21 de las 32 que escribió Beethoven, es una de las cumbres de su periodo medio o heroico. Diez años de productividad asombrosa en los que también compuso su Quinta sinfonía, el Concierto para violín y Fidelio. “Waldstein”, poderosa y animada por una ambición más allá de los confines del género y bautizada en honor a su amigo y mecenas, es una obra llena de dramatismo que presenta un reto monumental para cualquier pianista. En esta grabación legendaria, Emil Gilels captura su nobleza de espíritu, brillantez técnica e imponente arquitectura. Las dos piezas que la acompañan provienen del mismo periodo y convierten el álbum en un clásico imprescindible.