Las extraordinarias cuerdas de la Sinfonia of London brillan en todo su esplendor en el rescate de estas tres obras del siglo XX. Originalmente, George Enescu escribió su Octeto de 1900 para dos cuartetos de cuerda, pero bajo un prisma casi orquestal. Aquí, John Wilson dirige una sección de cuerda completa, con solistas ocasionales, que pone en primer plano las expresivas texturas de la partitura. Las Harmonies du soir (1922-24) del belga Eugène Ysaÿe tienen un aire de sensualidad francesa que contrasta con el sucinto Concierto para orquesta de cuerda (1948) de la polaca Grażyna Bacewicz, dividido en tres movimientos de menos de cinco minutos y con un “Andante” central de nostálgico magnetismo.