En una época en la que el bigote dominaba la escena salsera internacional, llegó Jerry Rivera y lo cambió todo con su cara de niño y alma de hombre. Este “niño de la salsa” fue todo un fenómeno, cautivando corazones y abriendo puertas en todas las estaciones de radio tropical cuando apenas estaba empezando a vivir. Los 90 no hubieran sido nada sin éxitos como “Casi un hechizo”, “Qué hay de malo” y “Amores como el nuestro”, la cual vería un renacimiento parcial en los 2000 cuando Shakira usó un fragmento como sample para “Hips Don't Lie”.