El desenfreno alternativo que ha caracterizado a Smashing Pumpkins se siente en muchos de sus grandes éxitos, siempre guiados por la furia vocal de Billy Corgan. Pero más allá de los éxitos, en esos rincones de su discografía elegantemente convulsa, existen geniales temas que no fueron captados por los reflectores. Canciones con base de guitarra acústica como "Spaceboy" y "To Sheila" despiertan emotividad y nostalgia, mientras que "Glass and the Ghost Children", "Doomsday Clock" y "Frail & Bedazzled" tienen el poder para destrozar serenidades... y calabazas.