Laureado por interpretaciones de gran temperamento dramático, Solti ocupa un lugar importante en la música clásica de hoy, en gran medida por su lograda entrega del ciclo "El anillo del nibelungo". Grabó un amplio repertorio operístico y sinfónico al frente de la Sinfónica de Chicago, la Filarmónica de Londres y la Filarmónica de Vienna. Aprendió los secretos de la grabación y trabajó arduamente para aplicarlos con sus músicos. Su versión de la "Sinfonía n.º 8" de Mahler es una joya. Hay quienes debaten su talento, pero nadie duda de que fue una fuente de soberbias actuaciones.