Nicholas Angelich irrumpió en la escena a mediados de los años 90. Con una amplia formación europea, se mostró muy enérgico y se enfocó en el repertorio clásico y romántico. Su técnica fue siempre impecable, pero con el tiempo adquirió un carácter más contemplativo. Su lectura matizada de las Variaciones Goldberg de Bach eludió cualquier virtuosismo simplista y adoptó una visión refinada y ligera, permitiendo que emergiera con fuerza un contrapunto glorioso. Por otro lado, su grabación de 2016 de la Sonata para piano en si menor de Liszt demostró su capacidad para transmitir energía e ímpetu deslumbrantes cuando era necesario. Además, se apasionó por Brahms, Beethoven y Rachmaninoff y celebró también composiciones contemporáneas en sus interpretaciones. Falleció el 18 de abril de 2022, a los 51 años.