Kavakos es uno de los violinistas más influyentes de nuestro tiempo y por eso todos los directores quieren trabajar con él. Su interpretación del concierto de Brahms con Chailly a la batuta es fabulosa, así como la grabación de las sonatas para violín de Brahms que hizo junto a la pianista Yuja Wang. Su virtuosismo corta la respiración, pero también es un visionario y un compositor excelente. Su interpretación del "Quinteto para clarinete" de Brahms junto a Andreas Ottensamer es una de las piezas que mejor transmiten el aroma de la música húngara.