También conocida como "la musa de los existencialistas", Juliette Gréco era una regular en los cafés de Saint Germain, donde fue contemporánea del escritor Jean-Paul Sartre, el poeta y cineasta Jean Cocteau (quien le otorgó un rol en Orfeo en 1949), e incluso Miles Davis, con quien tuvo un conocido amorío. Extrañamente ella se mantuvo en el ámbito musical del cabaret sin influirse musicalmente por el jazz, lo cual remarca el carácter vocal y presencia de esta actriz y 'chanteuse', que definitivamente transportan al escucha a los tiempos bohemios de aquel París de antaño.