En una escena de música cristiana que se debate entre el góspel y el pop-rock de estribillos épicos, la de Jordan Feliz es una propuesta sorprendentemente fresca. Con las raíces en el soul de la vieja escuela, el rock sureño y el folk de amplios horizontes, sus tres álbumes hasta la fecha combinan el cálido latido de las experiencias personales con una visión contemporánea de la vida religiosa. En muchos sentidos, la música de Feliz forma parte de una tradición que arranca con el folk-rock de los 60, pero sus canciones nunca caen en el cliché del revival y se proyectan hacia el futuro con expresiva emoción.