La desbordante energía creativa de Howard Ashman revitalizó el musical clásico en la gran pantalla y marcó el tono de las películas de Disney hasta el día de hoy. Tras iniciar su carrera como actor, Ashman pronto dedicó todos sus esfuerzos a escribir canciones e historias. Pese a no tocar ningún instrumento ni tener nociones de composición, supo apoyarse en colaboradores como Alan Menken para contar los momentos más emocionantes y trascendentales de cada relato, dejando su firma en películas como <I>Aladdín</I>, <I>La sirenita</I> y <I>La Bella y la Bestia</I>.