Daniel Balavoine fue un espíritu libre y rebelde. Siendo uno de los cantantes franceses más comprometidos, apoyó los movimientos sociales en África hasta su trágica muerte, mientras trabajaba como embajador humanitario en el París-Dakar. Su timbre de voz, excepcionalmente agudo en piezas emblemáticas como “Lucie”, caracterizó sus piezas de pop de orfebrería que combinaban toques de electrónica con melodías pegadizas, sintetizadores y ritmos ochenteros. Reivindicamos el legado de Balavoine, que influyó poderosamente la música popular de su país hasta hoy.