Andy Grammer es un optimista compulsivo. Hasta sus baladas más desgarradoras dejan una ventana (o la casa entera) abierta a la esperanza. Desde sus comienzos cantando en las calles de Santa Mónica hasta el meteórico éxito de “Keep Your Head Up” y el tono adulto de "Naive", el californiano ha creado un sonido propio que combina rasgos de pop, R&B y country en canciones de resplandeciente acabado melódico y mensajes tan universales como inspiradores. Más allá de sus muchos coros memorables, el arma secreta de Grammer es el reconfortante calor humano de sus mejores canciones.