La colaboración entre Elis Regina y Antônio Carlos Jobim dio lugar a uno de los álbumes definitivos del pop brasileño de los 70. Incluso en los clásicos más conocidos (las omnipresentes “Aguas de Março” y “Corcovado”, por ejemplo), Regina encuentra nuevas formas de expresión y fraseos inesperados que hacen olvidar las numerosas versiones anteriores por un momento. Los elegantes arreglos se mueven por ese territorio entre el jazz, la bossa nova y el pop que Jobim inventó y continúo perfeccionando a lo largo de las décadas.