La selección de canciones que Johnny Burnette, su hermano Dorsey y el incendiario guitarrista Paul Burlison grabaron para Coral entre 1956 y 1957 están entre las más feroces de la primera generación del rock and roll. Más directo que Elvis y lejos de la sofisticación de Holly, Burnette fue en los primeros años de su carrera una fuerza irreprimible: desatado en “Tear It Up”, urgente en “The Train Kept a Rollin'” y desesperado en “Lonesome Train (On a Lonesome Track”). No hay mejor introducción al lado salvaje del rockabilly.