Durante años, Katy Perry lidió con su depresión escribiendo canciones que llegaban a ser espectaculares éxitos. “Era algo así como ‘¿Mi novio rompió conmigo? Pues aquí tienes un número 1’”, confiesa a Apple Music. Pero cuando su álbum Witness no logró resonar con sus fans y con la crítica en 2017, el método dejó de funcionar. Sintiéndose artísticamente a la deriva y emocionalmente desconectada, la estrella pop encontró finalmente la ayuda que necesitaba. Fue un ajuste considerable. “Pensaba: ‘Soy Katy Perry, escribí “Firework” y ahora me estoy medicando. ¡Esto está mal!’”, nos cuenta. Los tres años siguientes fueron de transformación. Con el apoyo de su prometido, el actor Orlando Bloom, Perry se embarcó en un viaje espiritual, psicológico y emocional en el que aprendió a quererse a sí misma y a tomar el control de su salud mental. Esta evolución marca el tono de su nuevo álbum, el alegre e introspectivo Smile, que en ocasiones suena como un mensaje de esperanza a la Perry de hace unos años. Entre un pop vertiginoso y baladas inspiradas, canta lo que aprendió durante su recuperación: que el amor exige esfuerzo (“Champagne Problems”), la supervivencia es persistencia (“Resilient”) y el fracaso en realidad es subjetivo (“Not the End of the World”). “Este es un disco lleno de esperanza”, comenta. Y esa decisión se escucha en las canciones: incluso las letras más angustiosas (“Teary Eyes”) son canciones bailables. El momento más triunfal del disco es “Daisies”, una carta al público que dejó de tomarla en cuenta en sus momentos duros. “They said I’m going nowhere / Tried to count me out / Took those sticks and stones / Showed ’em I could build a house” (“Dijeron que no iba a ninguna parte / Intentaron dejarme fuera / Tomé todos los palos y las piedras / Y les enseñé que podía construir una casa”), canta. A través de ese dolor, Perry aprendió a confiar en sí misma. No deja de ser una poética coincidencia que el mismo día en que se publicó el álbum, la artista daba a luz a su primera hija, también llamada Daisy, y abría un nuevo capítulo en su vida, ahora como madre. Ahora se siente preparada. “Este álbum es un reflejo de cómo superé el dolor y llegué al otro lado”, explica. “No estoy diciendo que siempre vaya a estar bien. Podría recaer, pero al menos tendré este trabajo que me recuerde: ‘lo lograste una vez, puedes volver a hacerlo’”.