Desde hace ya muchos años, el inglés Ian Bostridge es uno de los grandes intérpretes de la canción de concierto alemana. Grabada en vivo en el legendario Wigmore Hall londinense, su tercera colección dedicada a Schubert con su fiel pianista Julius Drake reúne canciones bien conocidas junto a otras menos escuchadas en la programación habitual. Dominador de un amplio espectro emocional, en este recital Bostridge va de la alegre sumisión a la naturaleza hasta la desesperación que muestra una canción como “Der Wanderer an den Mond”, de una tristeza que parece tan antigua como el mundo.