Michael Bublé recibe muchos elogios por sus covers nostálgicos y a ritmo de jazz, y también es un creador de éxitos propios. En este álbum de estudio, el primero que graba en tres años, el cantante canadiense reinterpreta clásicos que fueron populares gracias a Bob Dylan (“Make You Feel My Love”), Barry White (“You're My First, My Last, My Everything”) y Paul McCartney (“My Valentine”, producido por el propio Sir Paul). Además, ofrece material nuevo que te encantará, como la balada lenta “Mother” y la apasionada “I'll Never Not Love You”, con el romanticismo que lo caracteriza. Hay algo grande, algo reafirmante y alentador en estas canciones: son genuinas, alegres y transmiten un incontenible amor a la vida. Quizás se deba en parte a que el cáncer de hígado de Noah, el hijo de ocho años de Bublé, lleva cinco años en remisión... Sin duda, es el tipo de cosas que convierten cada instante en un regalo del cielo. El tema principal del álbum está inspirado en algo que Noah improvisó casualmente una noche durante la hora del baño: “When you go low, I go high...” (“Cuando tú bajas, yo subo”). Un momento común y cotidiano, pero que para Bublé significó mucho. Unas semanas más tarde, se lo cantó a Ryan Tedder mientras ambos componían en el estudio. Y así es como el nombre de Noah terminó apareciendo como coautor, junto al de su padre, en los créditos del disco.