“Herida trata sobre la violencia de mis sentimientos, dándoles un espacio para existir”, comenta Francisco Victoria sobre su nuevo álbum, una colección de amplio alcance emocional. Con él, profundiza en el pop de autor que nos reveló en Prenda de 2018. Y vuelve a demostrar que es un compositor fascinante. Sus canciones evocan la grandeur de Burt Bacharach, la cálida intimidad del R&B contemporáneo y las luces de neón de los 80 sin encasillarse en ningún género. Herida reúne algunos sencillos editados previamente con temas nuevos. Todos comparten una sofisticación melódica que contrasta con la desnudez de las letras. “Es un recordatorio permanente de quién soy hoy”, explica sobre el tono introspectivo y autobiográfico del proyecto. “También de los eventos que significaron un cambio permanente en mi manera de sentir y hacer música”. Aquí, el cantante, productor y compositor nos lleva al otro lado de su álbum, canción por canción. Te puedes ir, amor “Comenzar con este tema me pareció la forma más honesta de mostrar el proceso del álbum y mi vida durante este tiempo. La letra habla sobre el acto de tomar postura sobre una decisión que tú no tomaste y hacerla tuya, convencerte de que fue lo mejor que te pudo pasar y seguir adelante. La colaboración con Nami Nagakura fue crucial para completar la canción y visualizar cómo se iba a desarrollar el álbum. Me ayudó a comprender que en vez de enterrar el dolor, es mejor abrazarlo, vivirlo y crecer con él”. Te lo pido por favor “Esta canción es una súplica y también un ultimátum. Habla sobre un instante de lucidez en medio de una tormenta emocional, donde me di cuenta de que yo no era el culpable de las cosas malas que me sucedieron. Esto me permitió ver con claridad el camino a seguir. Desde que la hice, sentí que su lenguaje se conectaba de una manera muy especial con el trabajo de Francisca Valenzuela, una artista que quiero y respeto mucho. Fue casi como si hubiera escrito pensando en que cantara ella. Al final la colaboración se dio naturalmente y nuestras voces se encontraron para cantarle cada uno a sus fantasmas. El título es una referencia directa a uno de mis temas favoritos de Juan Gabriel. Siempre he creído que las palabras tienen mucho más poder cuando conectan con quienes vinieron antes que nosotros y nos ayudaron a sentir”. Mi corazón me dice la verdad “Este tema está repleto de referencias, desde Seal hasta Toto. Intenté conectar con el sonido de las canciones que me hacían bailar cuando era pequeño, encontrar un lugar seguro para expresar todo lo que sentía. En algún punto me percaté de que los títulos del álbum estaban siendo muy largos, como sucede con los trabajos de Fiona Apple. Decidí que el mejor camino era dejarlos como fueron concebidos, sin quitarles ni una palabra”. Perder la vida “Es la canción más violenta del disco, todas sus imágenes son muy crudas. Siempre me pregunto cómo pude llegar a sentirme así. Supongo que nunca terminaré de comprender cómo nuestras emociones nos pueden llevar a explorar lugares tan oscuros dentro de nosotros. El sonido tiene algo casi rockero, me imagino que puede ser herencia de Charly García, un artista que admiro un montón y que siempre vuelvo a escuchar en mis momentos más duros para sentirme en casa”. Tírame al fondo del mar “Fue la primera canción que compuse en el piano y es un retrato muy vívido de cómo se siente la culpa de amar a quien nunca va a amarte de regreso. Me gusta pensar que tiene mucho de Suecia y de artistas como ABBA o Robyn, esos coros grandilocuentes y el ritmo bailable, pero volviendo siempre a la nostalgia. Hay algo de esta composición que siempre me ha parecido curioso, es una balada de piano y cuerdas pero al mismo tiempo es bailable. Darme cuenta de esto fue muy determinante para entender cómo se estaban relacionando las letras con la música del disco. Al final ninguna canción es totalmente bailable o una balada pura, y me siento muy cómodo en ese territorio gris”. Yo creí que eras mi amiga “Siempre pienso que esta canción es una mezcla de lo que más me gusta con lo que más me duele. Hay mucha referencia a Maurice Ravel y Burt Bacharach. Necesitaba que el lenguaje de la composición estuviese a la altura de las palabras que me salieron para construir la historia de lo que para mí fue la traición más terrible que he vivido, la traición de una amiga. Luego de escribir esta canción me hice muchas preguntas, que más tarde me llevaron a comprender el tipo de artista que quería ser de ahora en más. También pensar sobre la importancia que la música y el arte tienen en mi vida”. Maletas del viaje “Esta fue la primera canción que escribí para el álbum. Probablemente retrata los últimos días de sufrir por amor de esa manera. Luego todo cambió y mi vida se convirtió en algo mucho más complejo, más gris y también oscuro y vertiginoso. Para mí es como una continuación de Prenda, pero inevitablemente se colaron nuevas referencias como Serge Gainsbourg y Jean-Claude Vannier. Curiosamente, al mismo tiempo no podía dejar de pensar en Paramore”. Herida “El tema que le da el título a un álbum siempre tiene una carga considerable. Quizás es la responsabilidad de representar en su totalidad cada uno de los rincones explorados, o de abrazar todas las canciones del disco y significarlas de manera que se sientan como un gran concepto. Pero a mí me gusta pensar en esta composición como el epílogo de un libro, una pequeña certeza después de un viaje con vértigo y emociones fuertes. Esta canción es capaz de sostenerme, hacerme creer que al final todo va a estar bien, aunque al mismo tiempo deja abierta una puerta hacia la posibilidad de volver a sufrir. Ya no quiero que se cierre, ahora la puedo atravesar sin miedo alguno”.