Detritus

Detritus

Sarah Neufeld describe Detritus como “la cereza de una experiencia más amplia”. El tercer álbum en solitario de la violinista de Arcade Fire y Bell Orchestre surgió de who we are in the dark, una colaboración con la bailarina y coreógrafa canadiense Peggy Baker para la que escribió música que ella misma terminaría tocando. De aquellas composiciones nacieron las siete sinfonías atmosféricas que forman este álbum expansivo y desnudo al mismo tiempo, un recorrido por oscuros paisajes sonoros con espacio para la luz. “Giré mucho con la compañía de danza antes de empezar a esculpir y condensar la música con la idea de grabarla”, dice Neufeld a Apple Music sobre el origen del disco. “Lo grabé en el otoño de 2019 y seguramente fue el proyecto más eficiente de mi vida. Una semana y media de grabación y otra semana para mezclarlo y dar algún retoque”. Detritus combina la exuberancia orquestal de sus dos predecesores, Hero Brother (2013) y The Ridge (2016), con texturas de sintetizador, panoramas electrónicos y ritmos de dulce intensidad. El resultado es el álbum más completo de su carrera. “Creo que ahora prefiero tomarme las cosas con más calma y que mi música suene un poco más paciente, que refleje mejor las cosas que me gusta escuchar”, explica. Fiel a su génesis, Detritus se mueve grácil y elegante, como un disco de ambient que te invita sin reservas a su mundo y nunca se convierte en simple música de fondo. Aquí, Neufeld lo repasa con nosotros pieza a pieza. Stories “En la banda sonora de la que salió, este es el momento en el que todo confluye, donde las cosas han terminado de conectarse y hay una sensación de ternura. Siempre sentí que tenía que ser el principio del disco. No quiero ser cursi, pero suena como cuando sale el sol después de la tormenta y todo sigue mojado, el cielo todavía está gris pero ya se cuela luz entre las nubes. Da una sensación de aterrizaje suave, que es como quería empezar el álbum. Mantuve el orden de casi todas las piezas del ballet porque están escritas de forma que cada una desemboca en la siguiente”. Unreflected “Es un limbo, una transición, porque empiezas a escuchar melodías y fragmentos de las piezas que vienen a continuación. Es el material terrenal que desarrollan las piezas posteriores. Suena un poco a trance y ambient y, como canción, no se mueve en demasiadas direcciones. Es como una habitación en la que entras y te dices ‘OK, aquí están estas cosas’. Todo es un poco más hipnótico. Con los arpegios y las melodías quería deconstruir esos temas principales en un limbo hipnótico. Hay tonos bajos que suenan casi como un final, pero que en realidad son un punto de partida”. With Love and Blindness “Este es un momento precioso en el que la música se vuelve lírica. No tiene letra, pero sí una cadencia en movimiento muy fluida. El diálogo entre el violín y la batería es fantástico, casi como un vals antiguo. Dos meses antes, había intentado grabarla sola, sin batería, pensando que la podría añadirla más adelante con una claqueta. El problema es que es un tempo muy suelto que necesita conexión humana en un mismo espacio. Tiré la maqueta y tuvo que venir Jeremy (Gara, batería de Arcade Fire), porque la manera en la que el violín y la batería se comunican es lo que crea esa sensación de sentirte libre entre giros y piruetas”. The Top “Es una pieza que tenía compuesta de antes. La escribí cuando estaba haciendo la gira de Everything Now con Arcade Fire. Es un punto de partida, pienso, hacia una evolución de mi estilo que mantenga el aspecto rítmico y repetitivo y el vigor de lo que hacía antes, pero de una manera más ligera, con más espacio para la belleza y la paciencia. Al escribirla, me di cuenta de que estaba yendo a un lugar algo diferente en este álbum. Todavía no sabía qué lugar era ese, pero sí que esta pieza iba en esa dirección”. Tumble Down the Undecided “Es mi favorita en cierto sentido. Musicalmente no es tan relajada como las otras. Vi una versión inicial de una de las coreografías en el estudio cuyo motivo principal era una mujer que caminaba con determinación absoluta y siete bailarines que se encontraban con ella, daban media vuelta y se alejaban a toda prisa. Tenía todo el sentido. La toqué y todo el mundo pensó ‘¡Eso es!’. Me dio bastante trabajo porque es una canción de diez minutos y la segunda parte es completamente diferente a la primera. En esa segunda parte se escuchan giros, melodías y arpegios que ya aparecían en ‘Unreflected’ y ‘With Love and Blindness’”. Shed Your Dear Heart “Esta es la pieza de épica amable, la otra cara de ‘Tumble Down the Undecided’. Lo que sucede en el mundo de este ballet es que te alejas de un montón de relaciones distintas para ver cómo se forman y cómo se deshacen. Son historias de amor totalmente humanas. Es casi como escuchar la historia de muchas vidas en un plano romántico”. Detritus “Tiene un contenido melódico parecido al de ‘Stories’. No sé si es porque soy virgo, pero me encantan los arcos narrativos. Esta es la recapitulación. Escuchas el principio y el final. Lo escuchas dentro de la música, pero aterriza de una manera muy diferente, con una profundidad más amenazante y mucha más atmósfera. La palabra ‘detritus’ hace pensar en basura, pero aquí se refiere a las ruinas que vas a tener que reconstruir. O igual no, y simplemente son todo lo que ha quedado. Es oscura y luminosa al mismo tiempo, como las cenizas después de un fuego terrible donde queda un trozo de una foto preciosa y una planta que sobrevivió. Es una idea vaga, pero captura cómo me sentía entonces. Me pareció el título perfecto para esta música”.

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