Bach: Sei Solo

Bach: Sei Solo

La música para violín de Bach está considerada entre lo mejor que se ha compuesto para el instrumento en toda la historia. Aun cuando la terminó de escribir hace 300 años, en 1720, sigue presentando una dificultad técnica, musical y emocional de tal magnitud que las más grandes figuras llegan a dedicar toda una vida a perfeccionar su ejecución. Es el caso del virtuoso griego Leonidas Kavakos. “Mi mayor sueño siempre fue grabar las sonatas y partitas para violín”, comenta a Apple Music. Y ese sueño se cumplió en Sei Solo. “No sólo por alcanzar un triunfo profesional, sino por aportar algo nuevo a estas interpretaciones”. Kavakos todavía recuerda la primera vez en que apreció el verdadero impacto de la música para violín de Bach: tenía veintitantos años cuando le dieron de regalo una colección de sonatas y partitas grabadas por Sigiswald Kuijken, el legendario violinista especializado en el periodo barroco. “Me di cuenta de que no estaba escuchando la interpretación, sino la música. No sonaba a la forma de tocar que me habían enseñado a mí. Era la interpretación al servicio de un estilo, de un momento histórico”. La experiencia lo impresionó de tal modo que dejó de tocar a Bach en público por más de diez años, tomándose el tiempo para ensayar y experimentar incluso con cuerdas hechas de tripa y distintos arcos. “Necesitaba absorberlo todo y llegar a una interpretación con la que me pudiera sentir satisfecho”, explica. Así que Sei Solo es a la vez el testimonio de un itinerario artístico y de una profunda búsqueda personal. A continuación, Kavakos nos cuenta más sobre el camino recorrido. Violin Partita No. 3 in E Major, BWV 1006 “Quise comenzar con la Tercera partita porque, posteriormente, Bach usó el movimiento inicial para la sinfonía de apertura de la ‘Cantata BWV 29’. La cantata se titula ‘Wir danken dir, Gott’ (‘Gracias a Dios’), que es algo que decimos no sólo al rezar, sino también en la vida cotidiana. Por eso elegí abrir el álbum con ella. También es un buen inicio porque todos sus movimientos tienen un aire ligero. El preludio es fantástico. Y la manera en que la música se desplaza, con sus armonías y cambios de atmósfera, para mí es lo más notable en toda la partita”. Violin Sonata No. 3 in C Major, BWV 1005 “Las tres sonatas son trabajos más serios, cada una con cuatro movimientos, incluyendo un preludio y una fuga. Este preludio tiene un motif muy repetitivo que tiene un efecto calmante, ya que es muy proporcionado matemáticamente. Relaja todas las emociones. Así pasa con Bach, siempre se siente que todo está en el lugar adecuado, todo armoniza. La fuga en esta pieza es la más larga que escribió, dura más de diez minutos, y es una de las más sorprendentes también. Tiene el ritmo de una gavota, y el reto para quien ejecuta es mantenerlo así durante toda la obra, a pesar de que la fuga se mueve en otras direcciones, repitiéndose y reinventándose. A veces siento que esta fuga es un viaje al interior del alma. Y después viene el largo, como una invitación a cerrar los ojos y descansar, antes del último movimiento de gran maestría técnica”. Violin Sonata No. 2 in A Minor, BWV 1003 “El primer movimiento es como una narración, plena de belleza divina. Le sigue una fuga larga y dramática, que concluye en La mayor, lo que la hace sonar limpia, como mirando a un futuro de esperanza. Sin embargo, lo realmente admirable en esta sonata es el tercer movimiento, con un bajo continuo, repetitivo, que da la impresión de tratarse de dos voces sonando juntas. Es uno de mis encores preferidos. También está compuesto en Do mayor, pero al no tener sostenidos ni bemoles, se siente muy puro. Y al regresar en el último movimiento a La menor se percibe todavía más refrescante”. Violin Sonata No. 1 in G Minor, BWV 1001 “El adagio inicial es muy hermoso. Nuevamente, asemeja una narración y yo intento que suene como una improvisación. Su fuga es la más breve en todas las sonatas, pero también es la más rápida. El tema se desplaza desde una capa hacia otra, mientras el bajo trata de seguirlo, como una sombra. La siciliana es en tono mayor, lo que agrega una sensación de alegría. El movimiento final crea un juego de cuerdas a través de una rápida sucesión de notas. Lo que me asombra de la música de Bach es cómo se aleja de la tonalidad inicial y nos lleva a lugares increíbles”. Violin Partita No. 1 in B Minor, BWV 1002 “Las partitas generalmente son de carácter ligero y constan de varios movimientos. Esta, sin embargo, tiene una estructura notable, cada movimiento está duplicado; es decir, tiene una variación, una especie de par. La alemanda, por ejemplo, es muy solemne, fuerte, y su doble es como un reflejo o un eco. Del mismo modo, la zarabanda suena serena y majestuosa y su par evoca un mesurado silencio. Cada doble presenta las ideas del movimiento correspondiente de manera distinta, como si desafiara su dimensión, volumen y estructura. Por lo tanto, mi recomendación es escuchar cada uno con su par correspondiente como si fueran una sola pieza”. Violin Partita No. 2 in D minor, BWV 1004 “La Partita en Re menor está compuesta con la estructura de las otras: alemanda, courante, zarabanda y giga, que es fantástica. De estos movimientos, me encanta en particular la zarabanda, que muchos violinistas tocan como encore. Pero al llegar al último movimiento, la chacona, encontramos una pieza singular en el repertorio de Bach, con variaciones que no han podido ser igualadas. Decir que esta composición tiene calidad espiritual va mucho más allá de lo religioso. Se trata de algo tan superior que sólo se atisba. Está formada en tres secciones: Re menor, Re mayor y nuevamente Re menor. El inicio en Re menor representa algo así como la realidad. La parte intermedia simboliza los sueños. Y finalmente, conforme la chacona va regresando a Re menor, se presenta el reto de alcanzar esos sueños. El álbum cierra el ciclo que inició agradeciendo a Dios, pues concluye con una trinidad divina”.

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