Ha pasado una década desde que Tim Bergling lanzara la trascendental “Levels”, una canción tan monumental y absorbente que definió toda una generación de electrónica dance. Desde entonces, no ha dejado de sonar en clubes y festivales como una especie de cápsula del tiempo sentimental, el último vestigio de una explosión de EDM que se desvaneció tan súbitamente como llegó. Para muchos oídos, este es el artefacto definitivo de una época, la canción más popular de la estrella más brillante, y la que reúne como ninguna las señas de identidad de Avicii, del ingenio para samplear (“Something’s Got a Hold on Me” de Etta James) a los sintetizadores melódicos y drops tan épicos como eufóricos. Son cosas que ya forman parte de la música pop para siempre. En esta grabación del concierto de Bergling en Osaka en 2016, que ve la luz cuando se cumple el décimo aniversario de “Levels” y solo tres años después de la trágica desaparición de su creador, su legado se escucha alto y claro en ritmos que inspiran unidad y secuencias de acordes que suenan a esperanza.