Romeo y Julieta fue el primer ballet que compuso Prokofiev para ser representado en la Unión Soviética, aunque finalmente tuvo que estrenarse en la República Checa. A pesar de los desafíos que tuvo que superar, esta obra es una comunión suprema entre música y dramaturgia, y esta grabación de la Orquesta Sinfónica de Baltimore, con Marin Alsop a la batuta, se erige como una de las más apreciadas.