Cualquier artista persigue esa magia efímera, cuando las estrellas se alinean y todo sale exactamente según lo planeado. El compositor Ferruccio Busoni denominó a esta alquimia musical “aire sonoro”. En este contexto, el pianista Kirill Gerstein comparte ejemplos de lo que considera una ejecución musical de perfección excepcional. El renombrado pianista Vladimir Horowitz intentó recrear esas circunstancias perfectas una y otra vez al cenar siempre lenguado fresco de Dover y espárragos la noche anterior a un concierto. Y parece que funcionaba. “Poulenc dice que nadie lo había interpretado mejor que Horowitz”, revela Gerstein. “Esta grabación en vivo desde el Carnegie Hall de un intermezzo muestra lo que pudo haber querido decir”. Si estuviera vivo, es muy probable que Brahms hubiera expresado lo mismo acerca de Edwin Fischer. Según Gerstein, su ejecución del Concierto para piano n.° 2 del compositor “es quizá la más cercana a la ‘mejor’ interpretación de esta obra”. Además, esta grabación tiene un valor emocional especial, ya que proviene de una de las últimas presentaciones en la sala de conciertos Alte Philharmonie de Berlín, antes de que fuera bombardeada en la Segunda Guerra Mundial. Igual de conmovedora es la grabación del último recital del pianista Wilhelm Backhaus, de entonces 85 años, en 1969. “A pesar de sufrir un ataque al corazón durante el concierto, Backhaus se negó a detenerse y tocó un bis final de Franz Schubert”, comenta Gerstein. Por otra parte, Gerstein destaca el maravilloso Grieg de Sergei Rachmaninoff y Fritz Kreisler, el brillante Mendelssohn de Benno Moiseiwitsch y una grabación del réquiem de Fauré realizada por la alumna del compositor, Nadia Boulanger, en su debut como directora de la Filarmónica de Nueva York. Además, se incluyen interpretaciones del propio Gerstein, como una de Mozart con su mentor, el pianista Ferenc Rados. Y hay un lanzamiento mundial. “Estrenar una obra es un momento mágico”, explica Gerstein. “Thomas Adès escribió su Concierto para piano para mí y esta grabación captura la primera vez que la composición tuvo su encuentro con el público”.