El último disco de The Beatles (en cuanto a grabación) indicó un cambio en el sonido de la banda, sus canciones se derivaban de la psicodelia hacia algo más pesado. Para muchos fue el mejor disco que grabó la banda y con el tiempo se ha consolidado como uno de sus títulos más influyentes. Su legado alcanza a artistas de todos los géneros, desde pop hasta hard rock, pasando por el funk y el experimental.