Está en las calles, en los taxis, en los móviles de la juventud de El Cairo y en las barcas que cruzan el Nilo; está en todas partes, porque es el sonido de una generación rebosante de vida y electricidad, que demanda revolución pero que también quiere divertirse. Frenética y excitante, con un ojo en el folk y otro en la electrónica y el hip hop, esta es la banda sonora del nuevo Egipto.